EL SUEÑO
El elemento más importante de un dormitorio es el que prevé la necesidad de dormir. Este aspecto podría incluir:
Una cama o camas, compuesta por de somier y colchón, con o sin cabecera o de estilo rustico o colonial y lo suficientemente larga y ancha para dar cabida a una o dos personas. Como este tipo de camas suelen ser grandes y fijas, será conveniente estudiar bien su emplazamiento.
Mesillas de noche, que pueden ser una simple repisa o pequeñas cómodas de cajones donde sea posible dejar todo cuanto podamos necesitar por la noche: reloj, radio, pañuelos, linternas, pastillas para la tos o televisor.
Una lámpara situada sobre la cama o la mesilla de noche, para leer en la cama, levantarse por la noche o cualquier otra necesidad imprevista.
Sin embargo, dormir bien depende de más cosas.
Las cortinas, persianas o estores atenúan la luz natural y nos proporcionan esa intimidad y penumbra que la mayoría necesitamos para dormir.
La ventilación crea un ambiente grato. Las ventanas u otros procedimientos de ventilación, situados en paredes opuestas, airearán el dormitorio en verano, si bien es preciso que esta brisano incida directamente en la zona destinada a dormir. Una ventana alta deja también al exterior el calor del verano
La tranquilidad, como la oscuridad, constituye una exigencia normal durante el sueño, y se consigue sobre todo aislando los dormitorios de zonas más ruidosas de la casas y utilizando materiales que absorban el ruido.
LA FUNCIÓN DE VESTIRSE Y DESNUDARSE
Estas funciones exigen un espacio que sea a la vez cerrado y abierto:
espacio abierto y desembarazado donde una pueda estar de pie, extender los brazos, girarse, inclinarse
armarios y cajones cerrados donde sea posible guardar las prendas de vestirY además,
Luz, tanto natural como artificial, para la iluminación general o para tareas tan específicas como puede ser maquillarse.
Un espejo de la altura de una persona que revele el efecto total.
Un asiento para poder ponerse las medias, los calcetines y los zapatos evitará el desgaste del colchón, que acaba acusando estos efectos cuando es utilizado como asiento para este fin.
Si el espacio destinado a guardar el vestuario está bien planificado y es suficiente mantiene las ropas ordenadas, limpias y accesibles. La persona encargada de la planificación deberá tener en cuenta la cantidad de prendas y equipo que hay que guardar, el espacio que ocupan y el espacio de que dispone realmente.
De permitirlo el espacio y los medios económicos, lo ideal sería disponer de una habitación- vestidor situada entre el dormitorio y el cuarto de baño. Este recurso es de gran utilidad para los dormitorios de dos personas, pues permite desarrollar simultáneamente dos actividades diferentes.