La madera posee unas cualidades ornamentales únicas, inherentes y estructurales de su fibra, su cuerpo, su textura y su color. No son aspecto incorporados, sino simplemente puestos de manifiesto. Cada especie de madera posee un dibujo general que le es propio en cuanto a fibra, a veces formando curiosos y complicados trazados tan del gusto de los decoradores. Algunas de estas facetas de la madera son puestas al descubierto mediante el cuidadoso corte de la misma.
Textura. La textura superficial, resultado de la manera cómo ha sido cortada la madera, constituye un ornamento de por sí y determina la efectividad de su fibra. La madera groseramente aserrada presenta una textura irregular que al difundir la luz, encubre su fibra. Suele reservarse para aplicación exterior o para crear un aire rústico. La madera doblemente aserrada es muchísimo más lisa y presenta una textura suave, parecida en cierto modo a un tejido de hebra cortada; aunque revela la fibra, no la acentúa. La madera sujeta a un acabado y pulimentado refleja la luz, pone de relieve su cuerpo, es agradable al tacto y es la que se usa corrientemente para el mobiliario.
Color. Cada madera posee su propio color distintivo, desde el blanco del abedul al ébano oscuro, y es frecuente que una misma pieza ofrezca una variedad de colores. Los decoradores contrastan a veces los diferentes colores de la madera a través de las técnicas de incrustación o del parquet. Por otra parte, la madera coge bien el color de la pintura tanto para aumento de su belleza como para su portección.
Junturas. La manera de juntar las piezas de madera da lugar a dibujos estructurales que revisten gran interés. Las junturas de la madera pueden acentuarse en los muebles por la extraordinaria belleza de una forma junto a otra, un dibujo junto a otro.
Tallado y torneado. Desde que los primeros seres humanos comenzaron a trabajar la madera, la talla de la misma se convirtió en una de las formas predilectas de la ornamentación de la madera. Los grandes periodos de la decoración son tan famosos por sus tallas como por otras cualidades más básicas. El torneado, q ue consiste en una forma primitiva de talla mecánica, significa que se imnprimen diferentes perfiles a una pieza de madera al tiempo que se la hace girar rápidamente en un torno rotatorio.
Este arte, hoy en día poco estimado, continua despertando el interés del artesano y todavía aparece en muchos muebles, buenos y malos. Con todo, la talla como ornamentación arquitectónica puede decirse que, salvando unas pocas excepciones, brilla por su ausencia.