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Los espacios de convivencia de una casa son aquellas habitaciones donde sus ocupantes se reúnen para charlar, comer, jugar y disfrutar de mutua compañía. A lo largo de la historia y en todas las partes del mundo, en la mayoría de las casas ha habido unas habitaciones sobre las que han gravitado sus habitantes, en las que se congrega la familia y se reciben a los amigos.

Nuestra necesidad de compañía y de esparcimiento adopta diversas formas: fiestas, interpretación y audición de conciertos, sesiones de televisión, diversas actividades y aficiones practicadas en familia, juegos infantiles. Cada actividad presenta diferentes diferentes exigencias en cuanto a espacio y a disposición del mobliario dentro del mismo. Una vez puntualizadas las actividades a que se entrga una determinada familia o grupo, el decorador deberá considerar las exigencias que imponen y sus posibles consecuencias.

La importancia que cada grupo concede a sus actividades preferidas varía según los individuos y segín los propios grupos. Aparte de esto, las mismas actividades varían ineludiblemente con el paso de los años. El espacio de convivencia que prevé un amplio sector para los juegos infantiles adoptará necesariamente una función distinta cuando los niños sean mayores.

Como no hay nadie, a no ser los muy opulentos, que esté en condiciones de prever un margen para todo tipo de actividades, la mayoría deberá decidir a cuál de ellas concede una prioridad y hacer los planes adecuados. La colocación de los muebles deberá permitir que aquella estancia funcione lo mismo para las actividades diarias habituales que para las ocasiones especiales.

LA COLOCACIÓN DEL MOBILIARIO

Un conocimiento operante de las formas y dimensiones de unos muebles específicos contribuye a evaluar y planificar una habitación, lo mismo que el conocimiento de los espacios libres recomendados entre los diferentes muebles, entre el mobiliario y las paredes, etc.

El primer paso a dar en la planificación de la colocación del mobilario consistirá en enumerar todas las actividades previstas para una habitación y en hacer la lista del mobiliario y equipo que requiere cada una de ellas. Después se podrán hacer empezar a planificar distribuciones específicas dentro de una habitación.

Finalmente tendrá lugar la evaluación de los resultados, no sólo desde el ángulo práctico sino también de lo estético. Las previsiones individuales deberán cubrir las exigencias, ser efectivas como conjunto y respetar los lugares de paso. Aparte de que habrá que prever una decoración agradable.

Para que la decoración de una casa sea eficaz, deberá ser algo más que la aplicación práctica de unos conocimientos. Una cierta dosis de imaginación y de saber ponerse en las circunstancias adecuadas nos permitirá comprobar los resultados de diferentes distribuciones y descubrir cuál de ellas es más efectiva. Siente a un grupo de personas en un salón. ¿Las hay que quedan marginadas? ¿Tienen todas acceso a un refrigerio si fuera servido? ¿Podrían incorporarse nuevos asientos en caso necesario? Esto vuelve a poner sobre el tapete la función de las actividades.

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