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EL METAL

Parece como si el metal se prestase a un tipo de fabricación masiva de muebles; sus cualidades parecen más propias de la máquina que de la elaboración manual.

El metal puede juntarse soldándolo, remachándolo o atornillándolo. Puede también moldearse. La mayor parte de los muebles de metal son más fuertes que lo exigido por el uso normal de una casa, por lo que su construcción presenta pocos problemas al usuario. De todos modos, sus reparaciones son mucho más difíciles.

El acero con un acabado esmaltado al fuego es de uso corriente para armarios de cocina y de cuartos de baño, como es popular también para muebles de interior- exterior y de estilo Rustico o de estilo Colonial debido a su resistencia a la humedad. Para habitaciones de mucho uso, como por ejemplo salas familiares, acostumbra a combinarse con plástico, ya sea con superficies de melamina o con tapicería de vinilo. El acero se presenta bajo muchos colores, es fácil de limpiar y conserva su buen aspecto siempre que no reciba golpes.

El cromado confiere al aceero una protección duradera y obtiene unas superficies que van desde una rutilante dureza hasta la morbidez del peltre. El aluminio es un material a prueba de lluvia y de sol, fresco al tacto, ligero y en diversos colores. Es ideal para muebles de terraza.

Pero el metal se usa a veces para mobiliario más ceremonioso. Actualmente se consiguen con él originales diseños gracias a las potencialidades escultóricas que encierra. Y a menudo se recurre a él por su rigidez cuando se necesitan elementos delgados: bases de lámparas, estructuras metálicas de mesas de cristal y soportes de algún sistema modular de almacenaje.

EL PLÁSTICO

Los materiales sintéticos han afectado en gran medida al diseño y conservación del mobliario. Las tablas de mesa en melamina laminada y la tapicería de vinilo son duraderas y se limpian con un paño húmedo. Las mesas y sillas de plástico son ligeras, fuertes y al mismo tiempo ligeramente flexibles, aparte de que están moldeadas de una sola pieza, con lo que se evita la necesidad de ensambladuras. Los plásticos transparentes o translúcidos, como el Plexiglás o la Lucita, ofrecen a los decoradores una oportunidad para un vocabulario enteramente nuevo en el diseño del mobiliario.

La espuma de plástico ha resucitado los muebles voluminosos, aunque se trata de volumen sin peso. Estos plásticos de tipo celular son muy versátiles. Cabe la posibilidad de graduar su densidad y obtener con ellos tanto las partes estructurales rígidas de un mueble como sus mullidos almohadillados. Es posible también juntar y pegar piezas de espuma de diferentes densidades. Por otra parte, las espumas con recubrimiento de película eliminan el tapizado.

Todas estas opciones brindan interesantes posibilidades para nuestros diseños y, por encima de todo, para mobiliario poco exigente en cuanto a cuidados. Sin embargo, todavía no tenemos todas lasrespuestas. Poner un mueble al día, repararlo o barnizarlo son cosas que van desde los difícil a lo imposible. Los problemas resultantes de la combustibilidad, desde auténticas llamas y gases tóxicos hasta la eliminación de residuos, están todavía por resolver.

Por supuesto que se trata de problemas que también nos plantean la madera y el metal, pero los materiales naturales conviven con nosotros desde hace mucho tiempo, lo que nos ha permitido estar al corriente de los peligros que entrañan, de las agresiones que suponen para el medio ambiente y de sus posibilidades de recuperación. Tratándose de plásticos, debemos ir aprendiendo a medida que vayamos poniéndonos al corriente, sin dejar de insistir en nuevas pruebas y descubrimientos.

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