El diseño esencial de una mesa consiste en una superficie plana sostenida a una distancia conveniente del suelo. Como nos pasamos sentados la mayor parte de la jornada, son inevitables las mesas. Necesitamos tener el alimento, los enseres que utilizamos para comer y los utensilios con los que trabajamos a la altura adecuada para manipularlos. Esto ha dado como resultado una diversidad de mesas que difieren en su función específica y, por lo tanto, en el tamaño, forma, altura y materiales que entran en su composición. Sin embargo, hay ciertos criterios que se mantienenconstantes. Una mesa debe tener:
la resistencia, estabilidad y condiciones de duración apropiadas para la tarea a la que está destinada
soportes que no obstaculicen el movimiento de piernas y pies
adaptabilidad a su uso o usos.
Mesas de comedor. Toda persona necesita alrededor de 60 cm para poder mover libremente los codos. Aparte de este punto, damos a continuación ciertas recomendaciones en relación con las mesas:
Tiene que ser fuertes y estbles y no sujetas a vibraciones.
Los soportes de la mesa deben estar suficientemente espaciados para no estorbar las piernas de los comensales; la altura de la mesa debe dejar espacio suficiente para las piernas entre la silla y la parte inferior de la mesa.
La superficie de la mesa es importante. Pasa gran parte del tiempo descubierta y, por ello, debemos procurar que esta extensión tan visible sea grata a la vista y fácil de mantener en óptimas condiciones. En los tiempos actuales mucha gente come sin manteles, con pequeñas esterillas individuales o incluso sin ellas, lo que hace que el aspecto de la mesa sea siempre un factor de la máxima importancia. Hay que tener presente siempre la cuestión del mantenimiento que, en gran medida, depende del material. Las opciones más comunes son las superficies de madera o de diferentes tipos de plástico. La madera es un material caro, pero muy hermoso; debe ser bruñida, pero puede barnizarse. El plástico es más permanente, cuesta menos de limpiar, es má baratoy y, a menudo, resulta muy atractivo. La desventaja que tiene es que no admite reparaciones. La opción dependerá pues, de las circunstancias.
La mayoría de mesas de comedor son rectangulares, desde el cuadrado estricto hasta las prolongaciones y extensiones. Armonizan con la forma habitual del espacio y pueden arriamrse a una pared o encajarse en una esquina. La mesa redonda u ovalada parece invitar más a la cordialidad y aporta un elemento circular que suele ser del agrado de todos. Las mesas redondas generalmente pueden transformarse en ovaldas incorporando unos alargos.
Cuando sea posible alargar una mesa, ya sea incorporando unos elementos o levantando unas alas, habrá que comprobar si la manipulación es o no complicada, así como la estabilidad de la mesa una vez alargada. Convendrá comprobar igualmente si los alargos están en consonancia con la superficie de la mesa.